sábado, 11 de junio de 2011

Old Colony



Parece que la bebimos demasiado y nos emborrachó la colonia. Nada podría describirnos mejor que aquel refresco que tanto se anunciaba diciendo "este pueblo tiene sabor..." Puerto Rico es una colonia, una vieja colonia. Somos un país que se vuelve loco porque el presidente de la nación que lo mantiene colonizado visita cuatro horas el país, pasa el naso, recoge lo que puede y nos entretiene con palabras bonitas.

La visita de Barack Obama debe ser un espacio de reflexión. Una reflexión que nos saque del atolladero en que nos hemos estancado como país. El problema no es que viene, tampoco es que el gobierno trate de impresionar al visitante. El problema no es la posible protesta de algunos, tampoco la sumisión de otros. El problema radica en que es un evento que impresiona momentáneamente a los puertorriqueños y no los mueve a hacer nada. Pero el colonizado es así, mira para todos lados buscando la respuesta que tiene al frente.

Nuestro país necesita seriedad. Más seriedad de la que hemos tenido hasta ahora. Bebamos de la realidad y entendamos que nuestro sistema de gobierno, creado a la luz de los años cincuenta, expiró y necesita ser cambiado. Bebamos de la realidad y entendamos que la solución no la trae Obama ni cualquier otro Presidente. Bebamos de la realidad y dejemos las divisiones que nos mantienen locos y contentos, actuemos por nuestros hijos y reconstruyamos un nuevo país. Willie Miranda Marín decía que un nuevo país es posible, yo creo lo mismo.

No sea que hayamos bebido demasiado aquel refresco y dentro de nuestro sistema tengamos una "Old Colony" que nos mantiene bailando y no nos deja actuar. Después de todo, este pueblo necesita otro sabor, ¿verdad?

viernes, 20 de mayo de 2011

A un año de ver la vida

Un año. Fue hace un año, un 20 de mayo de 2010, que tuve el privilegio de ver venir a este mundo a mi hijo Jarek. Mi esposa y yo éramos felices, pero Jarek multiplicó esa felicidad al máximo. Nuestro rubio pequeñín, sonriente y siempre simpático, transformó nuestras vidas en otra. Hace seis meses, cuando escribí Mi hijo: herencia de Dios decía que Dios nos visitó cuando nos dejó a Jarek. Hoy, mi corazón está agradecido por un año de una aventura maravillosa.

Hoy mi casa está llena de pasitos ligeros, de risas y muchas sílabas alocadas que sólo pueden culminar en abrazos y sonrisas. Este año me ha hecho ver la vida en su máxima expresión; he visto el amor como nunca antes. Este año he visto a mi esposa definir lo que es ser madre. No creo que yo hubiera podido hacer la mitad de los sacrificios que hizo ella para que Jarek creciera bien. Siempre la he amado, hoy la amo y la respeto mucho más.

Mi casa está llena de alegría. No importa cómo terminó el día anterior, mi día siempre comienza con una sonrisa de Jarek, con un ánimo incansable de jugar que me recuerda que siempre hay esperanza. Hay esperanza. Mientras mi hijo tenga vida, mientras porte alegría hay esperanza. Mi vida ha cobrado más sentido desde que él llegó.

Hoy estoy a un año de haber visto llegar la vida. A un año de haber visto a mi esposa entregar todo por él. Un año de algunas preocupaciones y muchas felicidades. ¡Gloria a Dios! ¡Que viva mi familia! ¡Que viva mi esposa! ¡Que viva Jarek! ¡Que vengan más...!

lunes, 2 de mayo de 2011

Bin Laden y la "des-justicia" de la guerra

Cuando en el 2006 las cámaras del mundo captaron el ahorcamiento de Saddam Hussein, fueron muchos los que pensaron que la guerra que tanta polémica atrajo terminaría. La verdad cinco años después es que hay más guerra y mayor destrucción en el Medio Oriente que antes. Son muchos los que esperaban con ansias el día de la venganza estadounidense por los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001. Hoy, la celebración nacional por la muerte de un hombre nos muestra que vivimos en una cultura que glorifica la muerte como medio de justicia.

Si la injusticia tiene su clímax en la muerte y la justicia glorifica la muerte como su medio, ¿cuál es la diferencia entre ambas? El dolor causado por Al Qaeda en el 2001 provoca la sed de venganza, y no de justicia, de todas las víctimas. Justicia no es lo mismo que venganza. La venganza mueve una des-justicia que sólo da pie a mayores muertes. La sed de venganza es la que ha provocado que mueran miles de personas en una Guerra que se ha salido de proporciones. Jóvenes estadounidenses y latinoamericanos han salido a batallar a una guerra que no es de ellos y donde ellos son parte de las víctimas. Miles de civiles iraquíes, afganos, paquistaníes y de otras nacionalidades han tenido que sufrir la imprudencia de sus líderes y la sed de venganza de los occidentales.

Si se tratara de justicia podrían intervenir en países como Haití, India, China, Corea del Norte, varios países africanos y otros sectores del mundo que sufren diariamente las injusticias de algún tirano. Sin embargo se trata de una des-justicia, una justicia basada en el petróleo. Una justicia basada en el dinero que trae la intervención militar. Mientras muchos celebran la muerte de un hombre, otros se preparan para recrudecer una guerra que parece que no tiene fin.

Como Cristiano, no me puede alegrar la muerte violenta de un hombre que, aunque hizo mucho mal, era un hombre. La humanidad se destruye con la venganza. El cristiano que celebra la muerte de Bin Laden no entendió el sacrificio de Cristo, que pudiendo matarlos a todos, decidió morir por sus enemigos. ¿Será nuestra sed de venganza más grande que nuestra sed de perdón? ¿Habrá hoy más tranquilidad en el mundo que ayer? Estoy seguro que no. Estoy seguro que la Guerra traerá más guerra. Estoy seguro que como hemos visto perecer a Hussein y a Bin Laden, veremos a Gadaffi y a otros enemigos de Occidente perecer de la misma forma. Entonces, como sociedad nos alegraremos por su muerte hasta que venga la próxima, y vivamos en el mundo del ojo por ojo que profetizó Gandhi, un mundo ciego.

viernes, 29 de abril de 2011

La BODA Real

Mientras esta mañana el Principe Guillermo y su novia Kate contraían matrimonio, en la Baldorioty se investigaba una balacera que atentó con la vida de inocentes. En Guaynabo recogían un cadaver víctima del crimen que nos asedia. Mientras se ponían a funcionar millones de dólares en cámaras y transmisiones internacionales, en Santurce muchos se quitaban los cartones de encima para comenzar la jornada en las luces pidiendo dinero. Sin embargo, mientras eso pasaba, todos los canales de televisión local nos restregaban en la cara la pomposidad de una gente que ni sabe que existimos.

Nuestra realidad no es su realidad. Que en pleno siglo 21 paralicemos el mundo por cosas como esa dista mucho de lo que necesitamos como sociedad. ¿Seguirán nuestras niñas aspirando a encontrar el príncipe que las salve? ¿Acaso entendemos como sociedad algo de esa cultura? No tengo nada en contra de la realeza, pero creo que hay cosas más importantes. Creo que debiéramos presentar modelos que respondan a nuestras realidades y que atiendan nuestros problemas.

Los cuentos de hadas son necesarios, nos ayudan a escapar de nuestra cruda realidad, pero no podemos sustituir nuestra realidad por ello. No predico una abstracción, una enajenación del mundo.  Sólo me pregunto si con la rigurosidad que se ha cubierto la boda, hemos cubierto otras cosas que realmente nos afectan.

Finalmente los dejo con una curiosidad histórica. Un día como hoy, 29 de abril, pero de 1797, los Ingleses recibían una de sus peores derrotas militares de la historia cuando nos invadieron ese año. Interesantemente los puertorriqueños sabemos más de la boda que de todos los encuentros militares que hemos tenido con ese país. No me quiero imaginar que hubieran pensado el grupo de milicianos que luchaba en el Castillo San Cristóbal contra los ingleses ese día si nos vieran tan emocionados con los príncipes...

martes, 12 de abril de 2011

San Gasoducto (Letanía)

En la última reunión del Gasoducto, habían llevado galletitas y piscolabis para amenizar los planes de cómo empujarían esta maravillosa idea. Allí estaban el gobernador, Miguel Cordero, el publicista del gobierno (que dicho sea de paso, es tremendo webmaster), y varios contratistas expertos en construir via$ verde$. Al final decidieron terminar con un momento de reflexión; Miguel Cordero sacó una guitarra que tenía por allí y el gobernador aclaró su garganta y entonó esta letanía:

San Gasoducto,
empujemos este conducto.
Ay San Contrato,
Que se chave si los mato.
Ay San Unguento,
guisaremos con este cuento.
Ayúdanos San Dinero,
Que si no se da esto me muero.
Ay San Antón,
ganaremos un montón.
San Lavatón,
loanunciaremos.com.
San Exabrupto,
yo creo que el pueblo es bruto.
Santa Mariluz,
y no bajará la luz.
Santa Elegía,
esto no es ecología.
San Alcanfor,
politiquear es mejor.
AMEN

Después que terminaron había un ambiente de comunión y respeto. Todos reflexionaban sobre lo beneficiosa que era la vía verde que comenzaba a fluir por los bolsillos de los contratistas, publicistas, amigos y empresarios. Entendieron que la Vía Verde era necesaria, se pusieron los tapones en los oídos, se acomodaron bien las gríngolas y salieron a descansar.

domingo, 6 de marzo de 2011

Alejandro y la retórica del cambio

El discurso de los que ostentan el poder y de aquellos que pretenden alcanzarlo está predicado siempre en la credulidad de los que le siguen. Las huestes que potencian las posibilidades de los aspirantes, fomentan y perpetúan el servilismo que caracteriza nuestra cultura política. El anuncio del senador Alejandro García Padilla acerca de su aspiración a la gobernación, nos anuncia la realidad vigente de un país que ha depositado sus esperanzas tradicionalmente en un grupo pequeño, resignado a esperar que los sueños depositados se conviertan en realidad algún día.

El senador García Padilla, al igual que Fortuño y que los demás candidatos anteriores han ubicado la debilidad del electorado entendiendo que estos están ávidos de una figura que implique algo nuevo. La retórica del cambio empleada por estos políticos parte de la premisa de que siempre es necesario cambiar lo actual, que la realidad vigente no sirve y que es necesario un nuevo panorama. Sus estrategias apuntan a la esperanza del pueblo de que venga algo mejor que los ayude a salir del atolladero en que viven constantemente y apuestan a que esa solución se concentra en una persona.

Los eternos proponentes del cambio han abusado de la fragilidad de liderato del país. Para ellos la solución viene, pero viene en manos de uno, que, cual Mesías enviado salvará al pueblo del marasmo. Es así como acceden el poder y como lo manejan. Todo gira alrededor de uno y el colectivo se supedita al uno.

Puerto Rico ha tenido que vivir la comedia de las ínfulas de mesías cada cuatro años, para luego, enfrentarse a la realidad de que las cosas no se resuelven por las manos de una persona. Aquel que pretenda salvar el país sin contar con el colectivo sufrirá de la decepción colectiva. Pasaremos por el mismo camino del cuatrienio actual: de la emoción del cambio a la decepción y luego a la resignación. Ojalá y veamos la luz antes y forcemos a los líderes a escuchar el pueblo, mientras sea al contrario llegarán muchos mesías más a enamorarnos con sus cantos de sirena.

sábado, 5 de febrero de 2011

Desgaste educativo y criminalidad: por una Nueva Educación

El Ex Director General de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, explicaba que en nuestros días los países "prósperos" sufren un desgaste educativo. De su análisis se desprende que entre las causas del desgaste están "la trivialización de los principios éticos, la transferencia de responsabilidades familiares a las escuelas, la cultura de la imagen y la exaltación de la violencia." Hasta para el más despistado, salta a la vista que en Puerto Rico vivimos el mismo desgaste, con las mismas causas.

El otro día un ex maestro de mi esposa,que es maestra actualmente, le daba su pronóstico de lo que le esperaba a ella en su fabulosa carrera:"no se hace uno millonario, pero pues, sobrevivimos." Su suspiro no indicaba que tenía ganas de hacerse millonario realmente, indicaba que su vida magisterial había sido de sobrevivencia, es a eso a lo que se puede aspirar en nuestro sistema educativo.

Hemos trivializado el tema de la educación olvidando que es en los salones de clase donde formamos a las futuras generaciones, las cercanas y las lejanas. Debe ser en los salones de clase donde se encuentren los padres y los maestros en vías de educar los niños y jóvenes. Sin embargo hemos convertido el salón de clases en una trajedia para todos los componentes: los maestros tratando de hacer lo mejor que pueden, los padres desentendidos y los estudiantes ignorados por un sistema que se olvidó que es en los estudiantes que está la vida de la educación.

Pienso que es necesario que se le devuelva el prestigio a la educación, que regresemos a los tiempos donde estudiar no era motivo de burla. Tenemos que devolverle a nuestros maestros el prestigio que se merecen en la sociedad: mejores salarios, más apoyo institucional, más respaldo de los padres y familias, una reestruccturación de los años de servicio, y otros factores que viabilicen un mejor ambiente laboral y educativo. Todo el dinero que los gobiernos gastan en publicidad debiera ser usado para darle publicidad a la labor de los maestros. ¿Quién si no ellos, son los que tienen a nuestros niños la mayor parte del tiempo? Por otro lado, creo que eso debiera ir acompañado de mayor educación continua y sistema de supervisión para que todos cumplan con sus deberes.

Sin embargo hemos olvidado el valor de la lectura como parte de lo fundamental en una sociedad. Debieramos instaurar como obligatorio que los padres lleven a sus hijos a centros de lectura. ¡Quitémosle el lugar privilegiado al dinero, a los cupones, al WIC, a la ropa pomposa, a los juegos de video y a démosle ese lugar a los libros! ¡Desbanquemos la cultura de la imagen, el poder, la vanidad, la atracción por la violencia, el endiosamiento de la vagancia! ¡Eseñémosle a los niños que es bueno leer, que es bueno ser un estudiante ejemplar, que es bueno tener buenas notas, no por las recompensas, sino por la satisfacción! Busquemos las causas de la deserción escolar y pongámos responsabilidad sobre los tutores de los jóvenes. El Estado debe, a toda costa, buscar, rescatar y ayudar al desertor escolar para que regrese al aula.

La criminalidad no nace por carambola. La criminalidad nace de la desigualdad, la desigualdad nace de la poca educación y de la mala distribución de los recursos. La deserción engendra la desocupación y esta a su vez promueve las malas costumbres. Si queremos menos crímenes, dejemos la demagogia y hagamos algo serio por la Educación. ¡Educación, educación, educación! Ya que hemos tocado fondo emprendamos el único camino posible: la superación.
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