viernes, 31 de diciembre de 2010

Retos para la Iglesia en PR en el 2011

Con la llegada del 2011 llegan también nuevos retos, aspiraciones y metas que nos proponemos alcanzar a nivel personal y colectivo. El 2010 ha sido para Puerto Rico un año un tanto difícil: hemos vuelto a incrementar la cifra de asesinatos a casi mil, la violencia se ha apoderado de nuestras calles y la economía no parece querer despegar. Esas sin duda son cosas que hemos escuchado a la saciedad por los periódicos y noticiarios, sin embargo creo que el 2011 debe ser el año en que la Iglesia en PR se deje sentir de una manera más contundente para el beneficio del país y del evangelio.

Definir el término Iglesia en Puerto Rico es un tanto difícil. Esto es así porque en nuestro país comparten el espacio eclesiástico una diversidad de movimientos religiosos con una gran cantidad de organizaciones e iglesias independientes. Quiero pues, hacer este acercamiento a todo aquel que predique el evangelio de Cristo en Puerto Rico; si estamos apasionados por las almas, y queremos que la gente reciba en su corazón la buena noticia del evangelio, entiendo que también arderá el deseo de mejorar nuestra convivencia como puertorriqueños o residentes de este país.

No pretendo con estas sugerencias ser arrogante y pretender decir que la Iglesia no ha hecho nada hasta el momento, tampoco quiero decir que estas son los únicos retos de la Iglesia este año. Estas inquietudes, debo decir, no nacen de un escritorio pastoral, nacen sin embargo, de una escritorio académico interesado por la Historia de Puerto Rico y sus movimientos culturales. Nacen también del corazón de un joven que lleva sus 29 años en la Iglesia, todos ellos en diversas Iglesias pentecostales y miembro de organizaciones inter-denominacionales. Digo esto porque creo que es necesario escuchar las voces no pastorales, la iglesia vista desde otro crisol que muy bien se complementa con la labor encomiable que hace la pastoral de nuestro país. No abordo aquí una perspectiva eclesiástica sino una social.

Dicho esto, creo que la Iglesia debe poner atención a estos tres puntos:

1. Unidad - Me parece que es el momento en que la pastoral de PR tome un rol más activo en el diálogo inter-denominacional. El diálogo y la unidad no debe ser una espina en el zapato de ninguna persona que quiera alcanzar más almas para Cristo. Creo que este diálogo ya existe, creo que actualmente hay foros donde la Iglesia comparte modos de pensamiento e intercambia ideas, sin embargo debe hacerse más notable, más activo y más seguido.

2. La Paz - Las situaciones vividas este año entre estudiantes y policías inquietan, desaniman y entristecen. Tanto la policía como los estudiantes han sido víctimas de estructuras desestabilizadoras que buscan dividir nuestra sociedad. La Iglesia no debe caer en la trampa de calificar buenos y malos. La Iglesia debe tomar partido con la justicia, y luchar contra la estructura torcida. Un policía que macanea a un estudiante es víctima de una idea distorsionada; nuestra lucha es en contra de las ideas de violencia. Si eso significa exigirle al gobierno de turno (sin importar colores) pues que así sea. La Iglesia nunca debe tener su lengua amarrada con nadie. Nuestro Norte debe ser siempre Cristo.

3. La Política - La llegada de un año pre-eleccionario nos previene de los movimientos políticos en vías a conquistar el trono en el 2012. Es necesario que los cristianos dejemos de ser reaccionarios y seamos pro-activos. Propongo que se comience una plataforma que responda a las necesidades de la Iglesia y del país. Nuestra agenda no debe ser solamente para luchar en contra de algunas agendas de algunos homosexuales. Si sólo hacemos eso pareceremos homofóbicos y no creo que esa sea la verdad. Nos debe preocupar el crimen, la economía, la educación, la convivencia. Todas las áreas son importantes y creo que nuestro reto es poder abarcarlas todas de la mejor manera posible. La Iglesia debe proponer plataformas que los partidos miren y puedan acoger ideas de ellas. Mientras más ideas hayan y más activos seamos proponiéndolas más posibilidades hay de ser escuchados.
Debo sin embargo, hacer una observación en este punto. Es tradicional ver políticos de diversos partidos haciendo acercamientos a líderes religiosos para obtener sus votos. En esos acercamientos se compromenten con la Iglesia a hacer determinadas cosas en favor de la Iglesia. En años pasados hemos visto alianzas con políticos que luego terminan en la cárcel por corrupción y por conductas dudosas. Luego no escuchamos a ninguno decir nada en contra de esas conductas. Repito, nuestra voz no puede estar comprometida, que se comprometan ellos, no nosotros.

Respeto las reacciones diversas que pueda tener este pensamiento esbozado aquí. Respeto cualquiera que difiera de mis observaciones. Agradezco a aquel que concuerda con lo que digo. Espero que esas diferencias o congruencias nos lleven a alcanzar un mejor país y a mover el campo de las ideas. Son las ideas y la discusión de estas lo que nos hace crecer.

Muy sinceramente,
bendiciones,

Marcos A. Vélez Rivera

jueves, 23 de diciembre de 2010

La violencia que vive en mí

Jesús de Nazaret nos decía que era necesario que miráramos la viga que estaba en nuestro ojo antes de ver la paja en el ojo ajeno. Las luchas personales y colectivas son, generalmente, luchas en contra de los defectos o debilidades del oponente que están predicadas en la justicia. Sin embargo, sabidos de que no somos perfectos, debemos entender que la mejor forma de alcanzar objetivos de justicia es la paz.

La paz no es un concepto etéreo de palomas, luces y nubes blancas. La paz y la justicia nos retan primeramente a nosotros para que seamos entes de paz. No es congruente escuchar en nuestro país insultos para alcanzar la paz y la justicia. De primera mano, debemos entender que la paz nos exige el sacrificio. El reto mayor no es que los demás sepan lo que pienso acerca de la paz, sino que sepan como actúo pacíficamente.

Muchos son los que piensan, que el pacifismo denota debilidad. La concepción equivocada de la paz como aliada del ser pusilánime, cobarde y retraído, que no sabe luchar por los derechos propios y de los demás, deja ver lo equivocados que estamos como sociedad. Por el contrario, la violencia, la estridencia, los insultos, como medio de justicia, valentía y coraje nos presentan una sociedad violenta, acostumbrada a vivir por la "paz" personal y no colectiva. Hemos sido aprendices de la filosofía de la mano dura para alcanzar la estabilidad social, somos herederos de la acción violenta como medio de justicia social. Hemos aprendido que mientras más me violentan más derecho tengo de ser violento. Nos hemos equivocado.

Ni las macanas, ni los insultos, ni las piedras, ni las placas, ni las armas de fuego nos hacen más grandes, ni más valientes. Nuestro país se merece la paz. Hemos sido violentados por todas partes desde nuestros inicios y desgraciadamente nos gusta mantener la violencia como parte de nuestra cultura de vida. Nos hemos acostumbrado a los asesinatos, a los maltratos, a la música violenta, a los empujones: todo lo vemos como normal.

Somos violentos como sociedad. Reconozcamos que hemos aportado a la violencia que nos consume como sociedad. Reconozcamos la violencia que vive en nosotros. Mientras estemos enfocados en lo violento que puede ser nuestro oponente sin mirar lo violentos que podemos ser nosotros seremos parte del problema y contribuiremos para que el conflicto se perpetúe.

Hagamos de nuestro país un país de paz; la debilidad sería promover la violencia.

martes, 7 de diciembre de 2010

Por una nueva Universidad

La Universidad de Puerto Rico, a diferencia de otras universidades nacionales en otros países, ha sido la de mayor producción intelectual en la historia del país. Las agendas que intentan corromper el ambiente universitario, agendas que vienen de diversos lados, definitivamente no buscan el bienestar del país.

La Universidad centenaria que vemos hoy barranca abajo, fue gestada por los ideólogos de la década de 1950 respondiendo a los intereses de ese momento histórico. Al igual que nuestro país, nuestra Universidad y sus componentes necesitan un cambio de visión para renovar nuestra Universidad. Propongo varios puntos al respecto de esta renovación:

1. Necesitamos una Universidad que responda a las realidades socioeconómicas de nuestros tiempos. Que actualice su visión al respecto de los fondos públicos para que los estudiantes sean beneficiados.
2. Una Universidad que promueva el diálogo. Las administraciones de la Universidad necesitan promover el diálogo sin el uso de la fuerza. Las macanas nunca estarán al acorde con las palabras. De igual manera el estudiantado debe renovar su lucha, quitar la violencia de sus palabras y sus actos, y evitar caer en el juego del gato y el ratón que tanto gusta a los enemigos de la Universidad.
3. Necesitamos una Universidad que sea del pueblo. La pregunta real es si en la Universidad de Puerto Rico el pueblo tiene acceso. Si de verdad es la Universidad del Pueblo. Los procesos que rigen la Universidad deben ser democráticos y equitativos donde todos tengan participación.

Necesitamos desenmascarar a los enemigos de la Educación universitaria en este país. Los eventos de los últimos días me obligan a concluir que en ambos bandos encontrados en las controversias existen enemigos de la Universidad. El gobierno de turno debe ejercer el buen juicio y llevar la Universidad a ser un ente que produzca conocimiento que aporte al país; desgraciadamente, creo que el gobierno es uno de esos enemigos. Su inacción ante las crisis así lo demuestra. Los otros enemigos son los portadores de la violencia, de todas las partes. La violencia siempre estará opuesta a las ideas, aquel que usa la violencia es porque no está interesado en pensar.

Rescatemos la Universidad. No hay otras opciones. Necesitamos una Universidad nueva. Ojalá no tenga que morir la presente para que nazca la nueva...

martes, 30 de noviembre de 2010

Mi hijo: herencia de Dios

Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. (Salmo 127:3, NVI)

Dios nos ha visitado, no puedo decir otra cosa. Hace una semana mi hijo Jarek cumplió seis meses y todo ha cambiado. Mi casa está adornada con balbuceos, llantos, sonrisas y miradas pícaras. Por alguna razón desde que nació siento que Dios está más cerca que antes; no es que antes no estaba, pero algo cambió.

Dios ha diseñado las cosas perfectas; fuera de él no hay nada y no hace falta nada. Ese mismo salmo nos explica que si Dios no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores. Podemos estar confiados de que estaremos bien si Dios está cerca. La llegada de Jarek me acercó más a Dios. Ha sido una bendición descubrir la herencia que Dios me ha dejado. Mi hijo es la herencia de Dios.

Cada sonrisa que veo de mi hijo es mi oportunidad de ver a Dios. La oportunidad de respirar su alegría, su inocencia, su deseo de descubrir, de crear, de moverse, de alegrar, de sonreir, de conocer, todas son oportunidades de respirar un poco de Dios. Ese ha sido su regalo. Una herencia viva, un regalo, una bendición, una recompensa que no sé si merezco.

Siento la responsabilidad de cuidar esa herencia, como campo grande y fértil. Su herencia me permite sembrar un nuevo mundo. Me permite la oportunidad de cambiar la maldad del mundo con inocencia. Mi hijo es tierra fértil, heredad de Dios para sembrar amor, fe, esperanza. Sin embargo de alguna manera, mientras trato de sembrar algo bueno en él, su reflejo de Dios siembra en mí parte de la esencia de Dios.

Dios nos visitó. Nos dejó una herencia, y le pusimos Jarek...

jueves, 7 de octubre de 2010

La peste del cadáver

Ya todo el mundo hurga los detalles del gran operativo del FBI que tuvo como protagonista a nuestro trasnochado país. No era que fuera algo que la gente no supiera, era que la gente convocada a hacer algo al respecto no hizo nada. Otra vez le dejamos el guiso a los federales. Sin embargo sobresale la mención de uno de los crímenes de estos ex policías: el asesinato de un individuo y su enterramiento con cal.

Es de suponer que llama la atención de todos el susodicho cadaver, aunque creo que ese no es el hecho que más nos debe importar. Las realidades que vivimos son tan crudas como los cuentos que escuchamos y esto nos desvía de lo importante: nuestro sistema está muerto. El sistema de gobierno acéfalo en que vivimos, en el que no sabemos quién realmente gobierna está muerto.

Una vez más se expone la colonia en su máxima expresión. No hemos sido capaces ni de agarrar a nuestras manzanas podridas y le relegamos esa responsabilidad a Estados Unidos. No debemos reducirnos al simplismo de decir que con la solución del estatus se resuelven todos los problemas que vivimos, pero urge hacer algo por nuestro sistema.

Es urgente porque cuando queremos mejorar la economía, dependemos. Si queremos mejorar la salud, dependemos. Si queremos mejorar el crimen, dependemos. ¿Qué sección de nuestra sociedad está realmente en nuestras manos? Ninguna.

Por esto lo que vivimos ahora es sólo la peste de algo mayor. No es este operativo. Es toda nuestra realidad social que espera a que otro le resuelva los problemas. Es el síndrome de un sistema muerto que espera a que alguien lo resucite. Mientras las soluciones radiquen en el exterior, el interior seguirá apestando.

Nuestro sistema de gobierno está muerto. Apesta y no descansa en paz. Resucitémoslo.

viernes, 23 de julio de 2010

La Cápsula del mal ejemplo

La noticia no era que estaba prófugo y lo encontraron. La noticia no eran los crímenes que había cometido; ni siquiera las personas que habían sido afectadas por su manejo efectivo del narcotráfico. No fueron sus posibles asesinatos ni manejos turbios de la ley. Cuando arrestaron al famoso prófugo Junior Cápsula se convirtió en noticia su cambio de imagen tipo Hollywood, sus diferentes mujeres, sus vídeos pornográficos con ellas y su poder económico en el Caribe. Los programas de chismes lo reseñaron como a cualquier otro artista. De repente esta semana no parece tan malo ser narcotraficante, y ante la falta de modelos a seguir, Puerto Rico se tragó la cápsula del mal ejemplo.

Las sociedades crean los héroes que quieren seguir de acuerdo a la escala de valores que están dispuestos a vivir. Los modelos son los ejemplos que los niños decidirán seguir y para bien o para mal, serán los que definan el país que tendremos. La manera en que se ha presentado la figura de Junior Cápsula ante la sociedad destapa la escasez de buenos ejemplos y presenta un reto a los que queremos dejar un buen legado a nuestros hijos.

Hemos sufrido como sociedad un decaimiento en el concepto de figura pública. La clase política nos produce vergüenza las más veces, y vivimos sólo de lo que puedan hacer nuestros deportistas y mises, dejando a un lado todas las otras historias de éxito que quedan escondidas.

¿Hasta dónde vamos a llegar con el relajo colectivo de otorgarle las primeras planas a los Junior Cápsula, Coquito, Angelo Millones y otros como si fueran figuras del espectáculo? Esos son figuras criminales y no deben ser presentados como lo que no son. Los Robin Hood no existen en la realidad y no debemos crearlos. ¿Cuántas primeras planas se le otorgan a jóvenes exitosos en la administración de empresas o en los estudios? ¿Cuántos discursos de graduación ejemplares habremos tenido en nuestras escuelas sin que salgan a la luz?

Dejemos de tragarnos la cápsula del mal ejemplo y volvamos a presentar cosas que valgan la pena. Ejemplos dignos de seguir para construir una sociedad saludable.

viernes, 16 de julio de 2010

Mayagüez 2010 ¿somos todos?

Mañana comienzan los Juegos Centroamericanos y del Caribe en la ciudad de Mayagüez y con esto comienza la fiesta deportiva con todas las emociones que eso implica. Sin embargo me llama la atención el lema utlizado por los organizadores del evento en donde hacen incapié en que Mayagüez 2010 "somos todos".

Ciertamente ese sentido de solidaridad en donde el país se une tras una meta es encomiable y nos invita a reflexionar sobre lo que es nuestra realidad. Me parece, no obstante, que lo que vivimos constantemente no nos refleja ese sentido de unidad. Cuando mañana se encienda el pebetero ¿seremos todos o estaremos divididos otra vez?

El presidente del Comité Olímpico David Bernier invitó hace unos días a un tregua, donde sugería que cada bando político del país, y ante los continuos incidentes entre policías y manifestantes, abandonaran por dos semanas sus diferencias y que las reanudaran luego. Creo que Puerto Rico necesita más que eso. Creo que una tregua no es suficiente. Necesitamos un sentido de país. Un pensamiento en el cual entendamos que en realidad somos todos.

Lo que le pasa a un puertorriqueño me pasa a mí también. Si Puerto Rico somos todos, entonces un policía no le daría macanazos a los manifestantes y estos no le lanzarían verjas a la policía. Si somos todos nos preocuparía lo que pasa con la criminalidad en el país y trataríamos de hacer algo para resolverla, algo más que quejarnos. Si somos todos intentaríamos educar a nuestros hijos hacia la solidaridad y no hacia la indiferencia o el egoísmo.

No sé si Mayagüez 2010 somos todos, pero Puerto Rico somos todos. No quiero pensar que las alegrías que nos traigan nuestros atletas serán las únicas que podamos vivir en nuestro calamitoso presente. Estoy seguro que tenemos la capacidad de abordar nuestras diferencias como gente decente y con altura para poder tener un mejor país.

Quizás cuando tengamos esa capacidad desarrollada, cuando nuestros líderes y opositores se enfrenten a los problemas con la dignidad que hace falta, tal vez podamos sonreir y gritar fuerte: "Puerto Rico somos todos".

miércoles, 30 de junio de 2010

Violencia

Ante los hechos ocurridos frente al Capitolio entre manifestantes y policías me pregunto qué pensarán nuestros niños. Me intriga saber qué opinión tiene la generación que se encargará de nuestro país en un futuro cercano. ¿Cuáles serán sus modelos a seguir? Me asusta imaginar lo que piensan pero vale la pena preguntárselo:

¿Pensarán que la violencia se debe responder con violencia? ¿Pensarán que los puertorriqueños somos violentos? ¿Pensarán que hay que desconfiar de la policía? ¿Pensarán que los policías son represores? ¿Pensarán que hay que manifestarse con violencia para que los reclamos sean más válidos?

¿Creerán que la democracia es un mito? ¿Se atreverán a ejercer su opinión sin miedo? ¿Sabrán lo que significa la libertad de opinión? ¿Creerán que los insultos llevan a la victoria de las luchas? ¿Comenzarán a ponerle sobrenombres y epítetos a aquellos que piensan diferente? ¿Se sentirán seguros? ¿Aspirarán a ocupar puestos políticos en el país?

¿Qué pensarán del silencio? ¿Aprenderán a hacerse de oídos sordos ante las situaciones del país? ¿Creerán que ante los problemas sociales la solución es emigrar?

Si lo que ven es violencia en todas partes ¿Sabrán diferenciar entre esas trifulcas y el narcotráfico? ¿Pensarán que el fin justifica los medios? ¿Entenderán que es normal que en su país las cosas se resuelvan a macanazos, botellazos, peper spray, insultos, epítetos y otros? ¿Pensarán que la razón sirve para algo? ¿Escogerán el diálogo antes que los puños?

Lo que hacemos hoy con nuestro país es el ejemplo que ellos seguirán para formar sus vidas. Nuestras acciones construyen o destruyen el país que ellos disfrutarán o sufrirán. Nuestra inacción nos convertirá en cómplices de las desgracias que pasen. Mientras tanto, nuestros niños ven, graban, aprenden y en algún momento imitarán. ¿Qué pensarán nuestros niños? Me parece que nadie está pensando en ellos.

domingo, 16 de mayo de 2010

Carta Abierta a líderes y pastores de mi país

Bendiciones. La vida de los países se compone de procesos: el devenir histórico provee espacios en los cuales los países despuntan y prosperan en ciertos aspectos o decaen y tocan fondo. En medio de esos procesos se levantan, para bien o para mal, diversos personajes que en busca de adelantar algunas ideologías o luchas, logran captar la atención de las masas y quedan plasmados como parte de ese proceso o momento histórico. Debajo o al lado de esos personajes se posicionan instituciones, organizaciones o movimientos, principalmente ideológicos, que dan balance, fuerza o solidez a las luchas que impulsan aquellos personajes.

Sin lugar a dudas la Iglesia en Puerto Rico ha tenido su lugar de gran importancia en la Historia del país, y ha logrado marcar momentos con instituciones y personajes que todos hemos conocido. Las iglesias que llegaron a la Isla en el siglo XIX lograron ser parte de un proceso político que trastocaba el país. Mientras la milicia norteamericana tomaba posesión de las plazas, la iglesia lograba accesar lugares insospechados en la difícil topografía isleña, y de esta manera llegaban a llenar un espacio que había dejado vacío la oficialidad política y eclesiástica de ese entonces. De la misma manera el movimiento pentecostal logró calar en las clases pobres y marginadas de la primera mitad de siglo XX, dándole esperanza y una nueva forma de ver la vida a los obreros oprimidos y las personas sin educación.

Hemos tenido personas de gran renombre que han logrado hacer que nuestras causas se vean más claras ante el mundo y que han llegado a través de sus mensajes, voz profética y milagros a miles de personas. Estos líderes siembran en el pueblo cristiano la confianza de que tienen una voz latente en medio de los tiempos.

Sin embargo, esos tiempos pasaron, y nuestros tiempos nos reclaman a nosotros. Nuestra realidad nos grita día a día cada vez que abrimos un periódico, escuchamos o vemos noticias, cada vez que nos enteramos de algún desastre o cuando le damos dinero a un deambulante. Gracias a Dios nuestras iglesias no están muertas, ni son edificios vacíos. Las Iglesias en Puerto Rico son voces fuertes que ejercen una labor que pocos están dispuestos a realizar; las iglesias cargan sobre sus hombros responsabilidades sociales que otros sectores no quieren asumir. Testimonio de estas responsabilidades pueden dar los deambulantes que son alimentados en las plazas, las familias que reciben consejería en oficinas pastorales, las familias que reciben una compra en el momento que más lo necesitan, los presos y enfermos que son visitados, y si siguiéramos mencionando nos quedaríamos sin espacio.

No obstante, creo que nos falta camino por recorrer. Nuestro país tiene los síntomas de una sociedad que convulsa. Muchos jóvenes tienen una espectativa de vida de 23 años si tienen suerte. Nuestra economía sufre los embates de una recesión mundial. La educación pública ha perdido a muchos, siendo la estadística de deserción escolar de más de cuarenta por ciento. Sufrimos de casi 900 asesinatos por año. Mientras los valores familiares van en deterioro, organizaciones a favor de versiones distorsionadas de familia toman auge a nivel mediático. Tenemos una clase política que se ha ido desprestigiando por causa de la corrupción y la inconsistencia de sus posturas. Ciertamente son muchas las malas características que permean nuestra difícil realidad: no podemos tapar el cielo con la mano.

Como estudioso de la Historia de Puerto Rico no me parece que este sea un momento más, un periodo igual a los demás. Creo firmemente que este es un momento histórico de particular importancia, uno de esos momentos donde los países se definen y marcan su historia decisivamente. De la misma manera creo que es momento de que la Iglesia decida tomar una acción sin precedentes como lo demandan los tiempos. Situaciones recientes como el conflicto universitario, nos insta a decir presente. En un conflicto de tan alta temperatura, necesitamos tomar una postura. Creo que nuestro llamado no es necesariamente a estar de un lado o del otro sino a ser pacificadores, la Iglesia puede convertirse en el canal que ayude a apaciguar las macanas de los policías y los insultos de los manifestantes. Miremos las cosas con los ojos de la sabiduría y la calma y marquemos el rumbo de la Paz.

Pero nuestra reacción ante los eventos no debiera ser sólo momentánea, ni reaccionaria. Debemos estar preparados y ser proactivos. Debemos estar preparados para estar presente en todo momento. No debemos limitarnos al problema familiar o a los casos que la prensa ventile más. Debemos ser una voz que proponga soluciones en materia económica, salud, educación, seguridad, y de todos los temas que así nuestra sociedad amerite. Soluciones que provengan de la oración y el pensamiento ponderado e inteligente. Soluciones que hablen de un pueblo cristiano que se interesa por la gente en todos los aspectos. Eso sería un plan envangelístico innovador. Necesitamos trascender para evangelizar a nuestro país de manera concertada, estratégica, inteligente y sobre todo, dirigida por Dios. Mientras nos limitemos a un solo tema, será más difícil presentarnos como un ente que prentende ser parte de la sociedad.

Recientemente el proyecto evangelístico de la Asociación Billy Graham, Mi Esperanza, tuvo lugar en Puerto Rico. Entre todos los atributos que tuvo el proyetco, destaco como el más importante, a mi manera de verlo, el que se pudieran unir cientos de iglesias para trabajar juntos por las almas. Iglesias que no se veían como competencia sino como aliados para llevar la Palabra de Dios a los perdidos y desamparados. Creo que fue tremenda práctica para comenzar un proyecto nacional de evangelismo. Es momento de que nos auto convoquemos para que comience un diálogo que nos lleve a actuar concertadamente en todas las áreas que se nos requiera. Un proyecto donde lo importante no sea ostentar el poder sino el bienestar de la gente.

Esa convocatoria debe ser multi disciplinaria e inclusiva. Si en las iglesias tenemos buenos doctores, maestros, economistas, policías, trabajadores sociales. psicólogos, artistas, humanistas, ingenieros, arquitectos, carpinteros, ebanistas, barberos, estilistas, y muchos más, ¿por qué no utilizarlos para un evangelismo social local? Creo en un plan evangelístico que nos sirva a nosotros conforme a nuestras características como pueblo. Creo que tenemos el talento y el poder de Dios para responder al llamado crucial que nos hace la historia.

Son muchas las diferencias teológicas que tal vez sean insalvables. Pero creo que son más las cosas que nos unen. Nos une el deseo de vivir en un país mejor. Nos une el deseo de que la gente le sirva a Cristo. Nos une el deseo de que la gente vea el poder de Dios. Nos une el amor por nuestro país que Dios ha derramado en nosotros.

Mi llamado a los pastores y a los líderes de mi país es a la acción. Si mi disertación ha sido extensa es porque mi corazón me exige hablar. Mi pasión por el evangelismo en mi país me lleva a hablar con ustedes, gente que quizás conozca o no. Espero de parte de ustedes una reacción a mi misiva, un consejo, una exhortación, una crítica, una palabra de aliento, o un espaldarazo para seguir caminando juntos. Oremos para que Dios nos levante aún más de lo que ha hecho hasta ahora. Respondamos al llamado de Dios. Actuemos para que nuestro país reciba de nuestras manos el pan que Dios nos ha dado y que nos falta por repartir.

Con afecto fraternal,

Marcos A. Vélez Rivera
Profesor de la Universidad Teológica del Caribe
Líder de evangelismo, Iglesia Mission Board, Cupey Alto

jueves, 15 de abril de 2010

Universidad y representatividad

Las democracias están pensadas para que las minorías sean protegidas de los abusos de la mayoría. El sistema debe garantizar la participación, la voz y el voto de todos para tomar decisiones en cuanto a determinados temas. Sin embargo es increíble que en el primer centro docente del país las decisiones las tome el cuatro por ciento de los estudiantes, incluso en cosas tan serias como paralizar el Recinto.

Menos de 800 estudiantes votaron a favor de un paro cuando la universidad cuenta con 19,000 estudiantes aproximadamente. Es muy conocida la apatía de los estudiantes riopedrenses a participar en eventos de este tipo. Sin embargo escoger el Teatro de la Universidad donde no caben más de 3,000 personas, es una estrategia burda y antipática de dominar un quórum. Tratar de garantizar la participación abriendo espacios en otros anfiteatros es faltarle el respeto a la inteligencia de los que sabemos que dentro de la Universidad hay espacios mucho más grandes, y aún fuera de la Universidad como se ha hecho en ocasiones anteriores.

Pero el problema mayor no es que un grupo pequeño pretenda manejar los estudios de los demás. Lo peor es la indiferencia de los otros 18,000 estudiantes. La votación final de la Asamblea fue 763 votos a favor y 261 en contra. Escasamente mil estudiantes no representan la mayoría. ¿Dónde están los demás? ¿Por qué resignarse a no hablar?

El sistema de la UPR debe regirse por la democracia, y en las democracias debe participar la mayor cantidad de gente posible. La movilización de estudiantes debe ser mayor. La Universidad y los Estudiantes deben cambiar el disco rallado que los atormenta. La ecuación Paro + Huelga = Violencia ya no funciona. Claro, que si a los 18,000 no les interesa pues cerremos nuestro primer centro docente y escuchemos música de los sesenta.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Desbalance Universitario

Las luchas universitarias, especialmente aquellas que son por el bien de toda la comunidad universitaria, no sólo son buenas, sino que son necesarias para avanzar en la formación de un país de altura. Sin embargo, cuando dejamos que las luchas se conviertan en escenarios protagónicos, se pierde el tiempo, la causa no avanza, y se desaprovechan oportunidades.

En las últimas semanas se ha venido discutiendo todo lo relacionado con las reformas que se deben hacer versus las que se quieren hacer en la UPR, esto a la luz del cambio de presidente de la Universidad. Es necesario decir que aunque las causas que impulsa el liderato estudiantil son justas, su método a la hora de llevarlas es inútil y repetitivo. Las protestas universitarias se han convertido en discos rallados. Sus discusiones estridentes, no sólo hacen más difícil el diálogo, sino que logran darle la razón al grupo de adversarios que están esperando la primera escaramuza para criticar. Su discurso de lucha de clases hace menos comprensible la razón de las protestas.

Cabe preguntarse dónde está la comunidad universitaria en todas estas causas. Es ingenuo pensar que sólo un grupo pequeño, el mismo grupo, tiene algo qué decir al respecto del futuro de la Universidad. Me parece que es ahí donde radica la falla principal de los universitarios: han concentrado su lucha en los medios, en las calles, hasta en las pizzerías, pero no han llevado su voz a la masa. La masa de miles y miles de universitarios que en las asambleas están en los centros comerciales y las playas. La masa que no se aparece en los paros y las huelgas porque sienten que no tiene nada que ver con ellos. La masa que ha sido, por décadas, marginada. La masa que se siente que cada vez que se convoca a una asamblea es para perder clases en una huelga y no para provecho de todos. Si pensamos que estamos en lo correcto, debemos convencerlos a ellos, ganar su confianza.

La comunidad universitaria no se suscribe solamente al liderato. ¿Qué han hecho los líderes por alcanzar a la población de estudiantes nuevos? ¿Qué acercamiento han hecho a las organizaciones estudiantiles? ¿Cuán democráticas son las asambleas? ¿Cuántas opciones se consideran antes de proclamar una huelga? Puede ser que éstas no sean preguntas simpáticas, pero creo que son necesarias para que la lucha universitaria avance.

Cuando tenemos causas importantes, tenemos que llevarlas a las masas para validarlas con la gente que se beneficia de nuestras luchas. El caso de la UPR no se trata de lo justa de la causa, se trata de la metodología. Aprendamos; Gandhi llevaba una causa justa, pero no hubiera logrado su propósito su no hubiera llegado al pueblo, a las masas.

jueves, 25 de febrero de 2010

El curso de los Discursos

Allá para el 1920 Muñoz Marín pronunció un discurso frente a un grupo de campesinos en Utuado. Su discurso fue un cúmulo de disparates que sólo tenían el propósito de decir nada. La gente aplaudió efusivamente. Al minuto volvió a dirigirse al público y preguntó: "¿Por qué me aplauden ustedes?... si yo lo que acabo de decir son disparates. Lo que ustedes necesitan no es que les digan disparates que suenen bien."

Desgraciada mente yo creo que nuestra realidad actual sufre del mismo problema. Estamos tan acostumbrados a disparates que le aplaudimos a lo que sea. Sin embargo interesantemente cuando se pronuncian discursos inteligentes, la gente (incluso algunos que se hacen llamar líderes) parecen confundidos, acaso porque ellos mismos se saben incapaces de producir algo bueno.

El discurso del Willie Miranda Marín nos pone de frente ante la realidad discursiva de nuestra política. Estamos vacíos de contenido; peor aun, hemos venido repitiendo los mismos discursos de hace 60 años sin que siquiera sepamos cuáles son sus significados para nuestra generación. La propuesta del llamado soberanismo de Willie ha provocado un mar de reacciones de todos los ángulos porque nos pone ante una realidad: tenemos que quitarnos la máscara y hablar claro sobre nuestras posiciones. ¿Cuál es entonces nuestro discurso? ¿Qué de nuevo tenemos que decir? ¿Cuál es nuestra aportación?

Cada cual tiene un discurso, que habla a la vez de una posición. Aquel que quiera quedar en el silencio debe saber que su silencio hablará por él, y aquellos que no saben tomar posiciones cuando la historia así lo demanda no pueden considerarse para dirigir el destino de nadie, mucho menos de un país.

En este momento la historia nos regala un espacio crucial. Las 20 páginas de Willie nos invitan a definirnos, a decir la verdad, a actuar por convicciones. Su discurso nos ayuda a desnudar el discurso de aquellos que hablan mucho por los medios, pero su contenido siempre está echado a un lado. Abiertos los ojos que como decía Muñoz, no necesitamos disparates que suenen bien; eso ya sobra y no nos ayudó en nada.

viernes, 5 de febrero de 2010

Fortuño y Obama: de un pájaro las dos alas

No, el título no es una poesía. Tampoco es un chiste. La verdad es que creo que nos merecemos mirar las similitudes que enfrentan estos dos personajes que, nos guste o no, dirigen nuestro país. En el verano de 2009 estuve en New York; allí me subí al Empire State para ver desde una altura que nunca había estado. Una vez terminada la travesía, sólo había un sitio lógico para ir: ABAJO. Y es que Obama y Fortuño subieron tal como sube el elevador del Empire State, rapidísimo. Llegaron al tope sin aviso, su fama era un enigma y lograron sorprender a todos.

Es cierto que mucha gente pensará, al menos aquí en la Isla, que la comparación que hago es un insulto. Sin embargo, antes de despacharla como si nada, invito a que miremos varios puntos al respecto.

En las últimas dos semanas hemos visto los mensajes de situación del estado presentados por ambos. El saldo? Su primer año fue mucho ruido y pocas nueces. Fortuño tuvo que aceptar que su primer año de gobernador fue bastante malo. Obama por su parte aceptó que las promesas que hizo no son tan fáciles de lograr como hizo pensar.

La verdad es que a la hora de las decisiones antipáticas, ambos sobresalen. Uno con los despidos y el otro con la bendita Guerra contra el Terrorismo. Ambos llevan la cruz con su legislatura, y debo decir que creo que ahí Fortuño ha logrado avanzar algo, la verdad que a Obama le va malito en eso.

Ambos han sido nombrados para cosas que son una paradoja. Al boricua lo han nombrado para cosas como un consejo de gobernadores para la seguridad nacional, Ea rayo!! Y a Obama le dieron el Nobel de la Paz, ese sí que se lo sudó.

La verdad es que ninguno ha podido lograr casi nada de lo que prometió y eso yo se lo adjudico a una cosa. Un hombre no puede ser la solución a una nación. Los dos subieron por el famoso Cambio. Ambos tenían expectativas imposibles sobre sus hombros. Ambos están destinados a bajar.

Una cosa sí cabe decir en que se diferencian. Obama tiene la prensa a su favor... Como dice Sprite, las cosas como son...

miércoles, 20 de enero de 2010

El país insomne

Descanse en paz. Eso parece que resume las aspiraciones de nuestro país ante todo el mar de malas noticias a las que tenemos que enfrentarnos diariamente. Esa aparente sombra de muerte y destrucción que agobia a nuestro pueblo nos quita el sueño. No quiero parecer derrotista, pero lo que nos diferencia de una guerra es muy poco, al menos en cuanto a números de asesinatos se refiere. Y no sólo eso, sino que la economía, la familia, hoy todo parece tambalear en un hilo como espectáculo de circo.

Ese desvelo continuo que vivimos, a causa de los síntomas del problema, nos quita la concentración. Somos un país insomne. Y si no lo somos actuamos como tal. Colectivamente actuamos como cansados, como si no viéramos las cosas claramente. Me pregunto cuál es nuestro norte. Hacia donde nos dirigimos. Pedreira hablaba de que nuestro país era un barco a la deriva, pero yo lo veo desvelado, cansado, con ganas de descansar. Descansar. Tomar un descanso de la misma cosa, la cosa que hemos llamado crimen, la cosa que hemos llamado violencia. La cosa que hemos hecho de nuestra familia. La cosa desgraciada en que se ha convertido nuestra política. Un desvelo, un desvelo en una noche que parece que no va a acabar.

Me pregunto que pensarán nuestros padres, abuelos, los formadores de nuestra patria. Qué pensará, por ejemplo, San Sebastián si ve el desastre que han hecho con su nombre. Qué pensarán Albizu, Muñoz y Ferré si vieran en lo que han degenerado sus ideales.

Definitivamente necesitamos descansar. Pero no en la tumba. A veces pienso que hemos adoptado la tumba como nuestro lugar de descanso. No. Ese no puede ser nuestro derrotero. RIP no puede definir nuestra vida. Ese no es el descanso que necesitamos.

Descansar, idear, crear, reir, bailar, despertar, hacer, trabajar, orar, liderar, avanzar, emprender, superar, alcanzar, conocer, creer. Creer que no estamos solos. Hagamos un país. Uno que esté despierto y no soñoliento. Uno que no se desvele ante los problemas y que pueda ser lo que debe ser. Dejemos de ser un país insomne.
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