jueves, 24 de mayo de 2012

Porque ser pobre es un "mamey" *


*Esta columna fue publicada en El Nuevo Día el 30 de mayo de 2012.


Ojalá con esa frase, que muchos hemos escuchado tanto en estos días, y que muchos otros han pronunciado, se pudiera explicar el problema grave de la pobreza de nuestro país. Es aún más difícil poder explicar la marginación social en la que vive gran parte de nuestra sociedad, dada la cantidad de beneficios materiales no indispensables que recibe esta población. Mucho peor, es la paradoja de ver cómo una buena parte de la clase trabajadora no tiene la capacidad económica para adquirir servicios como el tan mencionado Wifi.

Desgraciadamente, la discusión se torna para las gradas, y pagan justos por pecadores, desenfocando el verdadero problema de este asunto. Los residenciales son los herederos de los arrabales que multiplicaban en las décadas del treinta y cuarenta del siglo pasado. En ellos se concentraban la mayor parte de las problemáticas sociales que vemos en los residenciales de hoy. Sin embargo es la marginación con la que hemos tratado a estos sectores como los residenciales, los barrios o las mentadas comunidades especiales, que logran hacer más dramática la situación.

En un país como el nuestro donde nos hacemos llamar primermundistas, todavía hay mucha gente que no tiene acceso a una educación de primera, y que por consiguiente están casi destinados a vivir en las condiciones que conocemos. Mientras nuestra sociedad reproduce abogados, médicos, políticos e intelectuales de tercera y cuarta generación; al mismo tiempo vemos generaciones que no logran salir de la pobreza y la marginación.

Por lo tanto, el problema no es que Santini quiera dar Wifi a Llorens Torres, el problema es que sabemos que gran parte de los que reciben esta beneficencia social, heredarán el Wifi a sus nietos pero no habrán podido salir de la pobreza. Las comunidades pobres en Puerto Rico son víctimas de las agendas electoreras como esta, que no buscan la superación de los necesitados, sino un paternalismo trasnochado que no resuelve ni resolverá nunca el problema. Los pobres no son los beneficiados, son las víctimas de aquellos que saben que, otorgándole bienes y lujos, los mantendrán siempre en la misma condición.

jueves, 17 de mayo de 2012

Propuesta #1: De la Isla de los pies secos a la industria pesquera

*Este es el primero de una serie de blogs que estarán orientados a propuestas que a mi entender pueden resolver algunos problemas de la isla. Mis propuestas surgen de una intención de aportar al flujo de ideas, no para definirlas como las únicas, sino para que provoquen aun más discusión y que fluyan las ideas por el bien de nuestro país.

Si bien es cierto que en nuestro país se abandonaron las diferentes industrias económicas nativas de gran envergadura como la agricultura y la manufactura (que nunca ha sido completamente nuestra) el renglón de la pesca ha sido probablemente el más olvidado en toda nuestra historia económica. Las posibilidades geográficas que nos limitan y potencian han sido más bien vistas desde el punto de vista de la tierra que desde el mar. Es interesante cómo desde los inicios de siglo pasado nos han instruido en las limitaciones que tiene el territorio pequeño en que vivimos, sin embargo no abundamos en las capacidades que tenemos como isla.

La pesca en nuestro país no es una realidad para casi ninguno de los pueblos costeros de la Isla. Reconocemos que la mayor parte de los pueblos costeros posee algún tipo de industria pesquera de menor escala, con algunas excepciones. Es también sabido el auge que tienen en la población algunos centros culinarios asociados a la pesca como el litoral este, y pueblos como Salinas. Sin embargo, es necesario entonces cuestionarse por qué la pesca no ha figurado como uno de las industrias predilectas, y por el contrario ha sido casi ignorada por los gobiernos de los dos partidos que han gobernado.

La pesca en nuestro entorno sufre de algunas limitaciones en cuanto a la suficiencia de los bancos de peces que rodean nuestra Isla. Además debemos aceptar que sufrimos de un gran desconocimiento en la población sobre este asunto, y que en realidad no poseemos una cultura que mire al mar (es tanto así que hemos construído nuestros centros turísticos costeros de espalda a las playas, otorgándole las playas a los hoteles y condominios privados). Por otro lado, es necesario encarar que importamos el 85% del pescado que consumimos, y que ante el caos económico que enfrentamos, es imprudente no darle una mirada seria a este asunto.

Históricamente nuestros gobiernos no han actuado con la premura que hace falta para resolver este asunto y por lo tanto han optado siempre por revivir el tema de la industria manufacturera y alcanzar un alivio económico a través de la construcción y sus derivados. En un libro de reciente publicación, el cual recomiendo a todos los interesados en este asunto, Una mirada al mundo de los pescadores en Puerto Rico, el autor Manuel Valdéz Pizzini explica que "Puerto Rico apostó a la modernización por medio de la manufactura. La meta consistió en convertirse en un país industrial con trabajo asalariado y un nivel de vida elevado. El fomento de esas actividades requirió todo el esfuerzo de los líderes políticos y de los tecnócratas que diseñaron el nuevo Puerto Rico de entonces. Por esa razón, la pesca quedó relegada y permaneció, en términos administrativos, en el Departamento de Agricultura del Estado Libre Asociado."

El fomento de la pesca en PR requeriría de una gran inversión monetaria por parte del gobierno así como la tecnología necesaria para adentrarse en aguas más profundas y que se pueda convertir la pesca en una industria económica viable. Valdéz Pizzini provee 17 puntos principales de política pública para que se implemente el fomento de la pesca en PR. No creo que la pesca se pueda convertir a corto plazo en la salvación económica. Además, entiendo que hay otras soluciones económicas que nos ayudarían a salir del marasmo, sin embargo, entiendo que es necesario que se mire la pesca como algo a considerar de manera urgente.

El gobierno tiene la obligación de atender este asunto, debe dejar de ignorar que somos isla, y que nuestros recursos económicos deben ser autosustentables y no depender de fábricas e industrias foráneas que puedan abandonarnos en cualquier momento.
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