viernes, 31 de diciembre de 2010

Retos para la Iglesia en PR en el 2011

Con la llegada del 2011 llegan también nuevos retos, aspiraciones y metas que nos proponemos alcanzar a nivel personal y colectivo. El 2010 ha sido para Puerto Rico un año un tanto difícil: hemos vuelto a incrementar la cifra de asesinatos a casi mil, la violencia se ha apoderado de nuestras calles y la economía no parece querer despegar. Esas sin duda son cosas que hemos escuchado a la saciedad por los periódicos y noticiarios, sin embargo creo que el 2011 debe ser el año en que la Iglesia en PR se deje sentir de una manera más contundente para el beneficio del país y del evangelio.

Definir el término Iglesia en Puerto Rico es un tanto difícil. Esto es así porque en nuestro país comparten el espacio eclesiástico una diversidad de movimientos religiosos con una gran cantidad de organizaciones e iglesias independientes. Quiero pues, hacer este acercamiento a todo aquel que predique el evangelio de Cristo en Puerto Rico; si estamos apasionados por las almas, y queremos que la gente reciba en su corazón la buena noticia del evangelio, entiendo que también arderá el deseo de mejorar nuestra convivencia como puertorriqueños o residentes de este país.

No pretendo con estas sugerencias ser arrogante y pretender decir que la Iglesia no ha hecho nada hasta el momento, tampoco quiero decir que estas son los únicos retos de la Iglesia este año. Estas inquietudes, debo decir, no nacen de un escritorio pastoral, nacen sin embargo, de una escritorio académico interesado por la Historia de Puerto Rico y sus movimientos culturales. Nacen también del corazón de un joven que lleva sus 29 años en la Iglesia, todos ellos en diversas Iglesias pentecostales y miembro de organizaciones inter-denominacionales. Digo esto porque creo que es necesario escuchar las voces no pastorales, la iglesia vista desde otro crisol que muy bien se complementa con la labor encomiable que hace la pastoral de nuestro país. No abordo aquí una perspectiva eclesiástica sino una social.

Dicho esto, creo que la Iglesia debe poner atención a estos tres puntos:

1. Unidad - Me parece que es el momento en que la pastoral de PR tome un rol más activo en el diálogo inter-denominacional. El diálogo y la unidad no debe ser una espina en el zapato de ninguna persona que quiera alcanzar más almas para Cristo. Creo que este diálogo ya existe, creo que actualmente hay foros donde la Iglesia comparte modos de pensamiento e intercambia ideas, sin embargo debe hacerse más notable, más activo y más seguido.

2. La Paz - Las situaciones vividas este año entre estudiantes y policías inquietan, desaniman y entristecen. Tanto la policía como los estudiantes han sido víctimas de estructuras desestabilizadoras que buscan dividir nuestra sociedad. La Iglesia no debe caer en la trampa de calificar buenos y malos. La Iglesia debe tomar partido con la justicia, y luchar contra la estructura torcida. Un policía que macanea a un estudiante es víctima de una idea distorsionada; nuestra lucha es en contra de las ideas de violencia. Si eso significa exigirle al gobierno de turno (sin importar colores) pues que así sea. La Iglesia nunca debe tener su lengua amarrada con nadie. Nuestro Norte debe ser siempre Cristo.

3. La Política - La llegada de un año pre-eleccionario nos previene de los movimientos políticos en vías a conquistar el trono en el 2012. Es necesario que los cristianos dejemos de ser reaccionarios y seamos pro-activos. Propongo que se comience una plataforma que responda a las necesidades de la Iglesia y del país. Nuestra agenda no debe ser solamente para luchar en contra de algunas agendas de algunos homosexuales. Si sólo hacemos eso pareceremos homofóbicos y no creo que esa sea la verdad. Nos debe preocupar el crimen, la economía, la educación, la convivencia. Todas las áreas son importantes y creo que nuestro reto es poder abarcarlas todas de la mejor manera posible. La Iglesia debe proponer plataformas que los partidos miren y puedan acoger ideas de ellas. Mientras más ideas hayan y más activos seamos proponiéndolas más posibilidades hay de ser escuchados.
Debo sin embargo, hacer una observación en este punto. Es tradicional ver políticos de diversos partidos haciendo acercamientos a líderes religiosos para obtener sus votos. En esos acercamientos se compromenten con la Iglesia a hacer determinadas cosas en favor de la Iglesia. En años pasados hemos visto alianzas con políticos que luego terminan en la cárcel por corrupción y por conductas dudosas. Luego no escuchamos a ninguno decir nada en contra de esas conductas. Repito, nuestra voz no puede estar comprometida, que se comprometan ellos, no nosotros.

Respeto las reacciones diversas que pueda tener este pensamiento esbozado aquí. Respeto cualquiera que difiera de mis observaciones. Agradezco a aquel que concuerda con lo que digo. Espero que esas diferencias o congruencias nos lleven a alcanzar un mejor país y a mover el campo de las ideas. Son las ideas y la discusión de estas lo que nos hace crecer.

Muy sinceramente,
bendiciones,

Marcos A. Vélez Rivera

jueves, 23 de diciembre de 2010

La violencia que vive en mí

Jesús de Nazaret nos decía que era necesario que miráramos la viga que estaba en nuestro ojo antes de ver la paja en el ojo ajeno. Las luchas personales y colectivas son, generalmente, luchas en contra de los defectos o debilidades del oponente que están predicadas en la justicia. Sin embargo, sabidos de que no somos perfectos, debemos entender que la mejor forma de alcanzar objetivos de justicia es la paz.

La paz no es un concepto etéreo de palomas, luces y nubes blancas. La paz y la justicia nos retan primeramente a nosotros para que seamos entes de paz. No es congruente escuchar en nuestro país insultos para alcanzar la paz y la justicia. De primera mano, debemos entender que la paz nos exige el sacrificio. El reto mayor no es que los demás sepan lo que pienso acerca de la paz, sino que sepan como actúo pacíficamente.

Muchos son los que piensan, que el pacifismo denota debilidad. La concepción equivocada de la paz como aliada del ser pusilánime, cobarde y retraído, que no sabe luchar por los derechos propios y de los demás, deja ver lo equivocados que estamos como sociedad. Por el contrario, la violencia, la estridencia, los insultos, como medio de justicia, valentía y coraje nos presentan una sociedad violenta, acostumbrada a vivir por la "paz" personal y no colectiva. Hemos sido aprendices de la filosofía de la mano dura para alcanzar la estabilidad social, somos herederos de la acción violenta como medio de justicia social. Hemos aprendido que mientras más me violentan más derecho tengo de ser violento. Nos hemos equivocado.

Ni las macanas, ni los insultos, ni las piedras, ni las placas, ni las armas de fuego nos hacen más grandes, ni más valientes. Nuestro país se merece la paz. Hemos sido violentados por todas partes desde nuestros inicios y desgraciadamente nos gusta mantener la violencia como parte de nuestra cultura de vida. Nos hemos acostumbrado a los asesinatos, a los maltratos, a la música violenta, a los empujones: todo lo vemos como normal.

Somos violentos como sociedad. Reconozcamos que hemos aportado a la violencia que nos consume como sociedad. Reconozcamos la violencia que vive en nosotros. Mientras estemos enfocados en lo violento que puede ser nuestro oponente sin mirar lo violentos que podemos ser nosotros seremos parte del problema y contribuiremos para que el conflicto se perpetúe.

Hagamos de nuestro país un país de paz; la debilidad sería promover la violencia.

martes, 7 de diciembre de 2010

Por una nueva Universidad

La Universidad de Puerto Rico, a diferencia de otras universidades nacionales en otros países, ha sido la de mayor producción intelectual en la historia del país. Las agendas que intentan corromper el ambiente universitario, agendas que vienen de diversos lados, definitivamente no buscan el bienestar del país.

La Universidad centenaria que vemos hoy barranca abajo, fue gestada por los ideólogos de la década de 1950 respondiendo a los intereses de ese momento histórico. Al igual que nuestro país, nuestra Universidad y sus componentes necesitan un cambio de visión para renovar nuestra Universidad. Propongo varios puntos al respecto de esta renovación:

1. Necesitamos una Universidad que responda a las realidades socioeconómicas de nuestros tiempos. Que actualice su visión al respecto de los fondos públicos para que los estudiantes sean beneficiados.
2. Una Universidad que promueva el diálogo. Las administraciones de la Universidad necesitan promover el diálogo sin el uso de la fuerza. Las macanas nunca estarán al acorde con las palabras. De igual manera el estudiantado debe renovar su lucha, quitar la violencia de sus palabras y sus actos, y evitar caer en el juego del gato y el ratón que tanto gusta a los enemigos de la Universidad.
3. Necesitamos una Universidad que sea del pueblo. La pregunta real es si en la Universidad de Puerto Rico el pueblo tiene acceso. Si de verdad es la Universidad del Pueblo. Los procesos que rigen la Universidad deben ser democráticos y equitativos donde todos tengan participación.

Necesitamos desenmascarar a los enemigos de la Educación universitaria en este país. Los eventos de los últimos días me obligan a concluir que en ambos bandos encontrados en las controversias existen enemigos de la Universidad. El gobierno de turno debe ejercer el buen juicio y llevar la Universidad a ser un ente que produzca conocimiento que aporte al país; desgraciadamente, creo que el gobierno es uno de esos enemigos. Su inacción ante las crisis así lo demuestra. Los otros enemigos son los portadores de la violencia, de todas las partes. La violencia siempre estará opuesta a las ideas, aquel que usa la violencia es porque no está interesado en pensar.

Rescatemos la Universidad. No hay otras opciones. Necesitamos una Universidad nueva. Ojalá no tenga que morir la presente para que nazca la nueva...
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