martes, 15 de septiembre de 2009

La censura de los censurados


Ok, hablemos de censuras. Claro, roguemos a Dios que las líneas que siguen no sean censurables por aquellos censurados que les encanta censurar aunque no le gusta que los censuren, y que de paso censuran la censura. ¿Cómo? Sí, es que siempre que nos atrevemos a entrar en el campo minado de coartar, amarrar, prohibir, restringir o limitar, hay que tener cuidado. 

La historia nos ha enseñado muchas veces que las prohibiciones son peligrosas, y en muchas ocasiones no llevan a nada productivo.  Ciertamente es mejor educar, definir lo bueno y lo malo, y enseñar a nuestra juventud a discernir entre lo uno y lo otro. Sin embargo, tan peligrosas son las prohibiciones como lo es el libertinaje (que no es lo mismo que libertad y que a menudo se confunde). Entonces, ¿dónde está la raya?, ¿hasta dónde llevamos nuestros parámetros entre nuestras libertades y prohibiciones? 

La literatura que el Departamento de Educación prohibió en estos días, tiene cosas buenas y malas. Como muchas otras cosas. Pero creo que lo que está en discusión en este caso no es el contenido de las obras. Creo que la discusión importante debe girar en torno qué vamos a enseñarle a nuestros jóvenes y en qué momento. La educación debe preparar a los estudiantes para tener pensamiento crítico y tener la capacidad de abordar temas importantes y álgidos que quizás no se toquen en otros foros. No obstante, todos sabemos que no se puede, so pretexto de la educación, exponer antes de tiempo a los estudiantes a algunos temas. 

Los principales medios de comunicación del país han lanzado un ataque en contra del gobierno (y de paso hubo algunos tiros para la iglesia), en contra de la censura.  Es interesante ver cómo los medios editorializan en contra de la censura, sin mirar la propia censura que ejercen ellos. Es cierto que los gobiernos deben tener cuidado cuando censuran, pero ¿qué se censura realmente en este país? Veamos...

10 minutos de reflexión en las escuelas: censurable; tomar en cuenta a los cristianos en la opinión pública (después de todo, ellos son fanáticos): censurable; promover la discusión de la familia: censurable. 

Sin embargo, la censura de la censura sólo es censurable si se censura a los "ilustrados", a los académicos, a "los que saben". Pero callar la voz de la iglesia en los periódicos no es censura, callar la voz de la iglesia en la radio secular no es censura, callar la voz de la iglesia en las esferas legislativas no es censura, es separación de iglesia y estado, libertad de prensa, etc.

Si en pos de la "libertad" y el pensamiento crítico vamos a condenar la censura, entonces ¿por qué cuando la iglesia habla esos mismos grupos hoy "censurados" la tildan de fanática, retrógrada y quieren callar su voz? Eso... ¿no es censura? Juzgue usted.

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